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Me llamo Matias, soy un chico promedio de 18 años. Me gusta tocar guitarra, cantar, las frituras, postres, escribir, joder con amigos, las parodias, cuando estoy depresivo suelo escribir mas que de costumbre.

2012/03/12

Nubelia - parte 2 - Rómulo Etímulo ~

 Lo primero que recuerdo haber visto después de recuperar el conocimiento es una habitación algo particular, era completamente blanca y sus paredes y techo no tenían consistencia, como si estubiera hecha de nubes. Caminé buscando una puerta o ventana, pero no las pude encontrar, no había. 
 Intenté recordar qué era lo que había pasado: 'Subí a la terraza, me sujeté a una sábana, volé hacia una nube y perdí el conocimiento.' Eso no me dejaba muy tranquilo, ¿Estaría dentro de la gran nube que ví desde el edificio? Todo indicaba que si. Seguí caminando en círculos para encontrar alguna salida, y en ese momento algo atravesó la pared y me hizo caerme sentado del susto. Era la sábana, pero viéndola bien tenía forma humana, como si estubiese apoyada sobre una persona, pero no había nadie debajo de ella. Comenzó a hablarme:
 - ¿Quién eres? - Su voz era muy grave; yo no podía hablar, estaba muy asustado, no entendía absolutamente nada.- ¿Quién eres?- repitió.
 Yo lo observaba atónito, nada de eso podía ser cierto. 
 - Es un poco descortés de tu parte no presentarte después de haberte salvado la vida.
 - ¿Sal..salvado la vida?
 - De no ser por mi te hubieras caído desde kilómetros de altura, te atrapé justo a tiempo, aunque debo admitir que no me había dado cuenta de que te habías sujetado a mi, fuí muy torpe.
 - ¿Kilómetros?
 - ¿Qué no tienes idea de nada?
 - Sólo sé que estoy hablando con una sábana en una habitación hecha de nubes.
 - ¿Una sábana? Ja ja ja, permiteme presentarme: Mi nombre es Rómulo Etímulo, soy el gobernador de Nubasmia y mi función aquí es controlar que haya viento constantemente en el área por donde sea que pase La gran Nubelia.
 - ¿Nubasmia? ¿Nubelia? Cada vez entiendo menos. ¿Por qué estoy acá?
 - Contestaré a cada una de tus dudas, pero sígueme para que pueda explicarte mejor.
 Esa especie de sábana comenzó a dirigirse hacia una de las paredes y la atravesó sin más. Yo, impulsivamente caminé hacia la misma pared y también la pude atravesar. Del otro lado de aquella pared se abría una inmensa calle con casas al parecer deshabitadas, no había signo de vida alguno. Entonces siguió hablándome:
 - Nubelia, querido amigo, es la gran nube que estaba encima de tu edificio, todo un mundo se alza dentro de esta nube.
 Y esto es Nubasmia, sólo un nubetorio dentro de la gran Nubelia, aquí yo...
 - ¿No querrás decir territorio?
 - No, territorio es donde hay tierra, aquí hay nubes, por lo tanto es nubetorio. Déjame seguir y no interrumpas. Esto es
Nubasmia, aquí yo dirigo a los Nubasmios, quienes se encargan de volar debajo de Nubelia para generar el viento que sopla
a su alrededor y alrededor de todas las nubes. Hay nubasmios por todo el planeta generando viento, cerca de cada nube, y 
yo soy quien los mantiene organizados y trabajando, por eso no hay nadie en el pueblo, todos están afuera.
 - Entonces, ¿por qué están construidas todas esas casas si no van a usarlas?
 - El rey de Nubelia es muy considerado, construye casas para todos en su reino aunque no vayan a usarlas.
 - Aún no entiendo qué es lo que hago acá.
 - Aunque fué una casualidad que me siguieras y llegaras aquí, hace tiempo que estoy buscando alguien ajeno a Nubelia, alguien quien pueda ayudarnos a salir del problema jerárquico en el que estamos. El rey de Nubelia está teniendo enfrentamientos con otros gobernadores y están planeando disolver la junta de las nubes, teniendo como resultado un mundo sin nubes, ¿Entiendes eso? ¡Sería catastrófico!
 - ¡Estás llendo muy rápido! Estoy muy confundido y perdido, no creo que yo pueda hacer algo para ayudarte.
 - ¿Te gustaría un mundo sin nubes?
 - ¡Claro que no!
 - Entonces harás algo para ayudar siguiendo mis indicaciones.
 - Pero, ¿No puedes confiar en otro aquí?
 - Claro que si, muchos apoyan mi causa pero todos los habitantes de Nubelia tienen una función, y si alguno dejara de cumplirla, el rey se enteraría y mi plan fracasaría. Por eso necesito a alguien de afuera, ¿Quieres cooperar?
 - No sé, es todo muy pronto.- Tragué saliva, me estaba confiando el bienestar de un reino, no era poca cosa.
 - Escucha, tengo que irme a cumplir mi función, estaré aquí en media hora. Piénsalo y recuerda, las puertas no existen en este pueblo, tan sólo imagínalas cuando vayas a atravesar alguna pared. Adios, yo te encontraré.
 Y así como llegó, se fué hacia una gran puerta amurallada saliendo de la ciudad de Nubasmia.
 ¿salvar a Nubelia? Eso era demasiado pero, ¿qué otra cosa podía hacer? Ya estaba allí, y aunque había cosas que me carcomían la mente como por ejemplo si llegaré a hacer todo antes de que se despierte mi madre, o si corría riesgo alguno siendo un extranjero en Nubelia, acepté y esperé la media hora faltante para avisarle a Rómulo Etímulo mi decisión. 
 Las casas de Nubasmia estaban todas en perfecto estado y eran todas una igual a la otra y en perfecta alineación, me pregunté si los habitantes de Nubasmia también serían todos iguales, como las casas. Caminar por aquellas calles me recordaba a pueblos fantasmas, y eso no me dejaba muy tranquilo porque estaba dentro de una nube gigante, en una ciudad deshabitada esperando a una sábana para que me dé indicaciones de cómo salvar el reino de Nubelia. Definitivamente había pasado todo muy rápido.
 Exploré un poco la ciudad sin encontrar algo más que casas iguales y una plaza central con una fuente sin agua, quizá los nubasmios no tendrian tiempo para admirarla y por eso ya no funciona.
 Cuando Rómulo Etímulo llegó después de una eterna media hora, me dijo:
 - No tengo mucho tiempo, debo irme y tu también. Sigue aquella calle hasta que se terminen las casas, luego de allí busca el sendero que va campo a travez.
 - ¿Yo solo? ¿Para qué?
 - Tu solo, a mitad de camino te encontrarás a un amigo quien te dará algunas indicaciones y te explicaré lo que yo no puedo; adiós.
 - ¡Espera! No puedes dejarme así, no sé que hacer.
 - Ya te dije, sigue la calle y luego el sendero del campo, mi amigo te encontrará, confia en mi. No tengo mucho más tiempo.
 Y lo vi desaparecer nuevamente en aquella gran entrada amurallada. Los nubasmios realmente están muy ocupados.
 Siguiendo sus indicaciones caminé por la calle señalada hasta que se acabaron las casas súbitamente. Frente a mi tenía un enorme recorrido siguiendo el sendero. Me hacía acordar al viaje que hacen los micros cuando me iba de vacaciones a la costa, es todo campo y nada más, sólo que en este caso había más molinos y árboles. 
 Caminé, caminé y caminé hasta que el sol comenzó a ocultarse pese a que estaba detrás de una infinidad de nubes. Si, dentro de ese lugar aún era de día y estaba anocheciendo, todo era muy raro y al parecer la única manera de salir era ayudando al reino de Nubelia.

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